Cuando de poder se trata se me ocurre interesante pensar lo que ocurre
en la infancia y en el recorrido respecto de los grandes Otros.
La primera relación de realidad del chico es con la madre, es el tiempo de la
ley “omnímoda” de la madre, que todo lo puede, que todo lo abraza, aún no hay
deseo, ni movimiento propios. La ley de la madre es una ley incontrolada, pero
como la madre no puede estar siempre allí para el niño aparecen las preguntas
por sus ausencias.
Entonces comienza a terciar el padre, que acota y separa esa díada, hace cuña e
incorpora el afuera. Allí se inicia la ley omnímoda del padre que es el que
tiene el saber.
En estos dos tiempos hay un Gran Otro.
En el primer tiempo es la madre que todo lo puede y en el segundo es el padre
que todo lo sabe.
El tercer tiempo será aquel en el que ya no hay Gran Otro pues aparece la
posibilidad de no saberlo todo, sino de saber algo.
La Ética como el gran interpelador del Poder, según me parece a mí, se ve tanto
en la evolución emocional en la infancia como en cualquier ámbito en el que
alguna manera de poder esté en juego.
La reflexión Ética se ocupará de garantizar la abstinencia de quien detente el
poder en cada momento, será el comando que asegure que no haya ganancias
narcisísticas en su ejercicio, que no haya sometimiento de nadie porque no
habrá desborde de cierta legalidad, y que cuando alguien tiene que comandar no
se des-comande en detrimento del resto.
Esta relativización de la mirada hace que los discursos únicos caigan por su
por su propio peso, o mejor, por su propia liviandad.
Saber que nadie es el poseedor absoluto del saber, que el saber es tal por su
circulación, y que tener una porción del mismo no nos reduce, nos potencia.
En todo este sentido me pareció interesante el discurso de Ricardo Lorenzetti
en el acto de apertura de la Corte. Hizo una reflexión profunda y en
perspectiva histórica sobre el ejercicio del Poder, que seguramente y nobleza
obliga, no dejó por fuera el ejercicio del propio poder al que pertenece, y que
contesta al presente Gobierno por sus exasperaciones pero también genera y
propone un ámbito de discusión presente y futuro sobre el ejercicio del poder y
su ética.