Fundaciones y Legitimidades. Primer borrador.
Que los jóvenes nieguen la estatura política de los Trabajadores,
que los ignoren y desprecien para la lucha, da tristeza, da más de lo mismo
histórico.
Más que a la derecha explícita, enemigo odiado pero claro y definido, le temo mucho a la derecha infiltrada entre los
aparentemente propios. Me remite a la figura Psicoanalítica de lo Siniestro.
Siempre astuta, la derecha tiene capas y filas para su
ataque, en la primera, visible, están los declarados de tales, en una segunda,
se desdibujan, mandan travestis ideológicos para desbaratar desde dentro los
avances sociales, y sobre todo, para frenar la Justicia Social y el
protagonismo necesario del Trabajador para alcanzarla.
La injusticia social es vieja y no pasa de moda, lamentablemente,
de modo que ensayar diagonales que la nieguen no es la nueva política sino la
rancia. Las diagonales ya fueron ensayadas por la Coordinadora de Alfonsín, los
Chicago Boys exitosos para gestionar del innombrable, y la Revolución Sushi de
los Antoñitos y los Lopérfidos, los Frepaso y todas esas especies que fueron
apareciendo durante décadas y que terminaron por desembocarnos en el 2001.
Digo, ¿en dónde están esos “libertarios” de fuste que
también vituperaron al Laburante y su Organización? ¿en dónde estaban durante
la resistencia de los 80/90/2000 en las que otros sí estuvimos, como estuvo la
Organización Obrera que no transó. Los imprescindibles.
Quedan los Artistas, no las aves de paso, queda el
Trabajador organizándose para defender su Pan y su Dignidad. Cuando todos los
clishés se desvanecen, queda la
necesidad auténtica, y aquellos que luchan por su necesidad son los que
persisten porque es una cuestión de sobrevivencia.
Lo miserable es utilizar "aquellos íconos del Peronismo",
vaciarlos de contenido, desconocer su esencia y usarlos de envoltura en una
caja de Pandora. Declararse Peronista, negarse Peronista, tomar emblemas,
descreerlos y luego quejarse de que los Peronistas ponen el Peronómetro. Toda
esta actitud es, por lo menos, impotente, rabiosa y de un absurdo pataleo
frente a quienes sí tienen clara su identidad, sus objetivos, y los han
defendido consecuentemente en la Historia, porque defendiéndola, defendían y
defienden su Pan.
Gente, pónganse de acuerdo, si son fundacionales, séanlo,
sin arrebatar, sin falsear identidades, con la verdad en la mano.
Para ser fundacionales hay que subvertir, diferenciarse, sin
tomar prestadas partes de los otros a conveniencia.
Si para ustedes el nuevo Sujeto Histórico es "un sujeto
sui generis surgido en democracia y constituido por una conjunción ecléctica de
identidades” y no el Trabajador, suelten
las máscaras, sinceren.
Y dejen que los Trabajadores, especie que está lejos de
estar en extinción, sigan defendiendo su Pan y su justo Salario para una vida
digna a través de su unión y su organización. Ese también es un Derecho Humano.
Un Derecho de Humanidad.
No habrá avance superestructural ni aumento del PBI que
sirva si no vuelve la decisión del Salario Justo y de la justicia distributiva,
y si estos años en los que sí se dio una paulatina recuperación del Salario
histórico no se sostiene con iguales políticas, los retrocesos mostrarán que
se ha perdido una oportunidad histórica difícil de repetir.
Hubo un milagro de encuentro: el de un Pueblo dispuesto a
cambiar su historia después de décadas y un Néstor Kirchner. No se me hace
posible pensar en lo uno sin lo otro.
No debe haber deudas que pongan precio a la dignidad. No
creo que Néstor las pidiera, de estar en este Mundo.
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